La basura de la última década poco tiene que ver con la de años anteriores. En los vertidos ahora ocupan un papel protagonista los televisores, electrodomésticos y, últimamente, equipos informáticos y teléfonos móviles. Deshacerse de esta chatarra electrónica de forma adecuada es fundamental, pues los residuos tecnológicos son altamente contaminantes, pero también se pueden reciclar y aprovechar gran parte de sus componentes.
Los aparatos con este distintivo se han fabricado de acuerdo a la directiva europea RoHS y no contienen sustancias peligrosas prohibidas.
Depositemos la basura electrónica en los puntos verdes instalados a tal efecto.
La nueva directiva europea WEEE no permite tirar la basura electrónica a la basura orgánica.
Fuente: Albrecht – Alan – Midland
Los comentarios están cerrados, pero los trackbacks y los pingbacks están abiertos.